Autores: Ana Grimaldo, Alejandro González

Al menos 1.5 millones de personas contrajeron VIH en el mundo durante 2020, de acuerdo con el estudio “Poner fin a las desigualdades, poner un fin al VIH, poner un fin a las pandemias”, realizado por la Secretaría de Salud y por el Centro Nacional para la prevención y el control del VIH y el SIDA.

Así que por lo menos 1.5 millones de vidas de familias y círculos cercanos, no sólo personas, cambiaron a partir de recibir un diagnóstico positivo de VIH.

El mismo estudio estima que 84% de las personas que viven con el VIH durante la elaboración del estudio conocían su estado serológico, lo cual en el mejor de los casos les llevó a buscar atención médica, acompañamiento psicológico y cualquier tipo de contención que creyeran necesaria. Sin embargo, la realidad no pinta así para la mayoría.

“En México

no todas las personas tienen la capacidad de manifestarse abiertamente VIH positivo”:

Gabriel Rendón

Es licenciado en Ciencias de la Comunicación, estudió una maestría en Artes Visuales y actualmente se dedica a la fotografía. Tiene 30 años y a los 27 fue diagnosticado con VIH+.

Fue en noviembre de 2018, cuando fue diagnosticado, que su vida cambió. Desde entonces decidió que mantenerse en tratamiento diario y ha logrado la indetectabilidad, es decir, las copias del virus que tiene en la sangre se han vuelto indetectables, por lo que se considera que es una persona incapaz de transmitir el virus.

Para Gabriel, su vida ha transcurrido de manera “normal”,  como él mismo la califica para poder describirla, incluso ha documentado sus días a través de fotografías su vida con VIH- Sin embargo, también se ha sentido discriminado y segregado.

¿Cómo ha sido tu vida desde entonces?

-Gabriel: Desde entonces mi vida ha sido casi normal, en el sentido que ahora debo de tener mucho más cuidado de mi salud. Cada seis meses tengo que acudir a hacerme el conteo de células CD4 para ver cuál es mi carga viral, y análisis generales para ver mi situación de salud a nivel general. 

Creo que a primera instancia es un golpe fuerte para quienes no hemos tenido la oportunidad de informarnos acerca del tema de VIH, yo debo reconocer que mi conocimiento era muy escaso antes de ser diagnosticado VIH positivo. Pero en los siguientes meses empecé a acercarme a distintas asociaciones y grupos y pienso que una de las organizaciones que tengo que agradecer muchísimo es a Inspira AC puesto que con ellos me acerqué, busqué consejería.

¿Cómo describes a Gabriel Rendón y su vida con VIH positivo?

-Gabriel: Soy una persona que tiene una familia, disfruta la belleza de Oaxaca, soy una persona que practico bicicleta fija, me gusta el ejercicio, me gusta salir a bailar, me gustan las plantas y me gusta mucho pintar. La gente me comenta que el tema de VIH debe ser muy pesado pero en realidad es una mínima porción. Mi persona, mi trabajo, muchas de las cosas que hago me hacen recordar que como personas somos mucho más complejas y no podemos reducir a una persona a una sola experiencia.

¿Consideras que después de casi 40 años desde que se descubrió el VIH, aún falta conocimiento por parte de la sociedad?

-Gabriel: Creo que es algo fundamental entender que no solamente los hombres que tenemos sexo con otros hombres somos personas que tenemos la posibilidad de adquirir el virus, sino que el virus trasciende identidades, trasciende nivel socioeconómico. Evidentemente debemos estar conscientes de los efectos secundarios, o de los chequeos semestrales, pero sin duda lo que más mata no es tanto el virus sino el prejuicio y estigma que tenemos.

¿Qué piensas de que una persona VIH positivo pueda expresar públicamente su condición?, ¿es necesario hacerlo?

-Gabriel: Creo que si hoy tengo la posibilidad de compartir en esta entrevista que soy VIH positivo, es porque tengo una posición de privilegio. Desafortunadamente en México no todas las personas tienen la capacidad de manifestarse abiertamente VIH positivo, ya sea por el riesgo a perder un empleo, o que sean expulsados de sus casas. Afortunadamente mi familia conoce mi estatus, mi pareja conoce mi estatus, mis amistades saben que vivo con VIH y eso no ha sido un impedimento. Sin embargo, debo reconocer que ha sido un tema complicado al momento de conocer personas, de compartirlo. 

Cuando hablo de mi privilegio es que no corro el riesgo de perder un trabajo, no corro el riesgo de perder un hogar, pero hay personas que sí lo tienen (el riesgo). Por eso no todas las personas pueden ser abiertas sobre tener un diagnóstico positivo a VIH.

¿Has sido segregado o discriminado porque vives con VIH positivo?

-Gabriel: En alguna ocasión he recibido mensajes en donde me han ofrecido curas alternativas que evidentemente carecen de un rigor científico. Me han dado comentarios de que yo no tendría por qué hacer público mi diagnóstico. Evidentemente es una decisión personal y nadie está obligado a compartir su estatus VIH positivo, sin embargo, creo que para mí fue un acto de dar visibilidad a una situación que normalmente no señalamos. 

Una situación que enfrenté en aplicaciones de ligue y en redes sociales fue el hecho de recibir amenazas de cuentas anónimas. De personas que me habían visto recibir mi medicamento, usuarios de la misma clínica que sabían mi estatus serológico y pues para mí era mucho más fácil compartirlo y hacerlo público en vez de esconderme y estar sufriendo de nuevo el miedo que llegue a sufrir alguna vez en la adolescencia. 

No es ponerme en situación de víctima sino hay que reconocer ciertas cosas que las infancias y las adolescencias de la diversidad sexual sí se enfrentan a una violencia que existe en la cultura. Culturalmente existen bromas de ser maricón, usar la expresión puto y es muy normalizado, la gente en el futbol dice podemos decir puto porque es una broma, no nos estamos refiriendo a la diversidad sexual, sin embargo, es una constante agresión y violencia de la cual despues de procesarlo mucho y acompañarme de una comunidad sólida y tener acompañamiento sicológico, pues puedes empezar a vivir con orgullo tu orientación del deseo. Después tienes que enfrentarte a esta situación de que vives con un virus el cual te vulnera y te pone en una situación en la cual existe segregación y discriminación.

¿Consideras que hacer pública tu condición de VIH positivo es una forma de acompañar a quienes también viven con este virus?

-Gabriel: Se habla mucho del tema y existen muchos espacios para hablar de prevención, de detección, pero existen muy pocos espacios para poder hablar de la experiencia después de haber sido diagnosticados, de cómo es la vida después de un diagnóstico de VIH positivo. 

La importancia de hacer visible el VIH es hacer conciencia de que somos ciudadanos y tenemos derecho al acceso a la salud. En México tenemos un acceso universal al tratamiento, sin embargo, uno de los grandes límites es no solamente el prejuicio y el estigma, sino también los límites geográficos. 

Yo estoy compartiendo mi caso personal, hace tres años me mudé a la ciudad de Oaxaca y aquí me he dado cuenta cómo algunos compañeres tienen las limitaciones de que viven en comunidades bastante alejadas de la clínica para acceder al tratamiento. Aunque el tratamiento está a disposición de las personas, hay límites geográficos, económicos que todavía en México tenemos que enfrentar. Y en el particular caso de Oaxaca, la geografía y el transporte que tenemos limita el acceso a que todes los que vivimos con VIH tengan acceso a ese tratamiento.

¿Cómo ha sido tu tratamiento antirretroviral?

-Gabriel: Después de un tiempo mi médico tratante decidió cambiar mi esquema y ahorita estoy tomando una combinación de movitrem y prezcobix. Me siento mucho más cómodo con este tratamiento, la situación es que existen muchos tratamientos y muchas posibilidades y no siempre es el mismo tratamiento para cada persona. Acabo de compartir todo mi peregrinar con el VIH y he tomado tres tratamientos diferentes pero esto lo comparto para que se entienda que cada persona tiene un contexto y una situación totalmente diferente y dependerá de cada persona el tipo de tratamiento. No siempre será la misma pastilla y efectos secundarios porque cada organismo y persona es totalmente diferente.

“VIVO EN CONSTANTE

LUCHA…PERO CONTRA LAS

IDEAS PRECONCEBIDAS

DEL VIH”:

Omar Lozano

Es actor, tiene 31 años y fue diagnosticado VIH positivo desde los 18 años de edad, y aunque hoy en día puede hacer público su diagnóstico, al principio vivió con miedo e incertidumbre.

Para Omar, el acompañamiento de su hermano tras haber sido diagnosticado, e incluso el día en que recibió la noticia de ser VIH positivo, ha sido muy importante para poder transitar de un estado de miedo a uno en el que incluso trabaja para que la sociedad pueda conocer sobre el tema a través de su carrera como actor. 

Pero además de lo difícil que fue para Omar asimilar que había contraído VIH, lo más difícil para él fueron los temas burocráticos y la discriminación.

¿Cómo fue el momento en que recibiste tu diagnóstico?

-Omar: En ese momento me acompañó mi hermano porque yo tenía mucho miedo de ir solo, entonces él estaba junto a mi y me decía no te preocupes, todo va a estar muy bien, si sales positivo no hay problema porque hay tratamientos y puedes vivir con eso. Pero aún así yo tenía miedo porque cualquier cosa que tenga que ver con tu salud te da miedo. Creo que la salud siempre es un tema para la gente en general y a veces no sabes cómo afrontarlo, y menos en temas como este que de repente la gente tenemos ese estigma o miedo de saber qué va a pasar o qué va a decir la gente.

¿Crees que hoy el contexto de acompañamiento a personas que son diagnosticadas con VIH es distinto ahora?

-Omar: Me hice la prueba y el resultado fue positivo y en ese entonces yo ya tenía información de lo que era vivir con VIH y ante una posibilidad de tratamiento, pero no estaba tan abierto el tema como ahora. Ahora veo más información, más grupos de activistas dando voz y visibilidad, así como representación a estos temas. Yo no tenía tan cerca en mi contexto a este tipo de personas y este tipo de discursos. Yo creo que cuando me dieron el resultado a mi, todavía tenía mucho miedo. 

Yo pensaba, si estoy saliendo con alguien “cómo le voy a decir a esa persona, cómo me voy a acercar a mi familia y qué va a pasar”. Cuando salí del consultorio al recibir mi diagnóstico le dije a mi hermano y me solté a llorar porque tenía un buen de cosas en la cabeza, y mi hermano me dio apoyo y me dijo que todo iba a estar bien porque podía tomar mi tratamiento.

¿Qué fue lo más difícil al enterarte que eras VIH positivo?

-Omar: Creo que después de recibir mi diagnóstico, lo más difícil fue lo burocrático, eso creo que fue lo que sentí más pesado y me estresa mucho. Yo en ese tiempo estudiaba en la UNAM y estaba el programa del seguro facultativo, pero tenía de repente mucho miedo de vincular esta onda universitaria con el tema de salud. Fue un rollo darme de baja en el seguro de la escuela, y como no le había dicho a mis papás tuve que hacerlo solo o con mi hermano, pero fue muy pesado. De repente que te boten los papeles y yo lo que quería era ya recibir mi tratamiento. Ya pasó el tiempo y pude empatar todo y me dieron el tratamiento.

Hasta cierto punto, en lo personal lo he pasado relativamente fácil en el sentido que me acoplé fácil al tratamiento, mi cuerpo y mi estado de salud en general nunca tuvieron grandes complicaciones. Creo que nunca estuve bajo de CD4, la carga viral nunca fue tan alta, entonces creo que fue un diagnóstico que estuvo a tiempo, que eso lo agradezco muchísimo porque eso no permitió que se desarrollara más la carga viral y que ni mis CD4 bajaran.

¿Cómo decidiste hacer público el que vivías con VIH?

-Omar: Siempre ha sido una constante batalla o lucha, siempre estar peleando de alguna manera con todas estas nociones preconcebidas y creo que ha sido una evolución. Cuando estaba más chavo tenía algunos miedos de cómo le iba a decir a mis parejas o a mi familia. En el momento en que logré hacerlo, lograr conectar con alguien o tener un encuentro casual con alguien y esa primera barrera o miedo se rompiera, fue muy liberador. 

Hay gente afuera con quien puedes platicar completamente casual sobre el tema y no le genera gran rollo, pero evidentemente hay personas que siguen con estos estereotipos y pensamientos más hacia lo anticuado de no saber absolutamente nada de VIH y estar cerca de ninguna persona que viva con VIH. Creo que eso ha evolucionado de alguna manera. 

Me ha ayudado estar más cerca con personas que son mucho más abiertas de ese tema, así, de repente las inquietudes en la cabeza se van transformando.

¿A qué le temías o cuál era tu temor al vivir con VIH?

-Omar: Lo siguiente después de eso fue el miedo al desabasto, cuando de repente aparecen todas estas noticias de desabasto de medicamentos y que estaba esta posibilidad de que no los ibas a tener, no sabías qué iba a pasar, ese es otro miedo que se te dispara. 

Estuve todo ese tiempo viviendo muy tranquilo y salió ese tema. En la comunidad de personas gay con VIH y todos los que vivimos con VIH nos tenía muy preocupados de saber qué iba a pasar y qué estaba haciendo el gobierno y qué podíamos hacer nosotros para alzar la voz.

¿Cómo hiciste esos miedos fueran llevaderos?

-Omar: Me llamó mucho la atención eso de crear vínculos, encuentros comunitarios e intercambio de ideas con otras personas que están en una situación similar a mi. Creo que es una cosa muy primordial, el hecho de encontrar a pares, por ejemplo, de entrada el tema de gobierno o de tener un apoyo institucional es una ayuda. Poder recibir medicamentos gratuitos, por ejemplo, tener ese apoyo de no preocuparte por encontrar el dinero para encontrar el tratamiento, eso ya es un gran paro.

Pero creo que fuera del apoyo institucional, encontrar pares y personas que están en una situación similar a la tuya y que pueden tener experiencias similares a las tuyas, también es súper importante. 

Yo recuerdo que al principio lo llevaba de una manera muy solitaria y de casi como caer en el estigma de que yo tenía que pasar solo por esto, yo tenía que sufrir y aguantar vara solito. Creo que eso está muy cargado de ese pensamiento de yo me gané esto y yo tengo que lidiar solo y sufrir por mi cuenta. 

Pero creo que igual de un tiempo para acá se ha abierto esta idea comunitaria de decir somos pares y nos podemos acompañar y estar juntos. Yo te puedo compartir mi experiencia si eres una persona que tienes un diagnóstico reciente, y tú también me puedes compartir tu experiencia en una especie de diálogo y un intercambio, y eso hace que las cosas sean mucho más fácil cargar con ellas.

¿Alguna vez te han discriminado por vivir con VIH?

-Omar: Creo que ha ido cambiando. Evidentemente lo primero que identificaría como discriminación o segregación de alguna manera es esto como en redes sociales o apps de ligues. Me pasaba que cuando tenía Grinder yo ponía mi diagnóstico y de repente había banda que me empezaba a hablar o ligar y el momento que checaban bien mi perfil o me preguntaban si estaba sano, y yo les decía que en mi perfil decía que era VIH positivo me decían, no perdón yo solamente salgo con personas sanas. 

Empezaban con ese concepto de asimilar el VIH a no estar sano y a que se iba a contagiar. Creo que ahi ha sido el ejemplo más evidente de discriminación. 

Me acuerdo que algunos de mis amigos tuvieron reacciones que eran discriminatorias y eso partía mucho de la desinformación. Yo me dedico a la actuación y tuve una escena con una amiga en la que nos besamos y me mordió el labio y me sangró. Me acuerdo que ella estaba muy asustada y evidentemente eso era una acción que partía de la desinformación, porque no sabían que indetectable es igual a intransmisible. 

Pero ya con el tiempo y por el interés de ellos de estar cerca de mi y querer romper con esas cosas, pues ellos mismos se fueron informando para acabar ya con esa primera idea. 

Esto de la discriminación es muy latente y hay mucha desinformación haciendo hasta delitos contra personas que vivimos con VIH. 

Por ejemplo, mis papás en un principio tenían esta idea de que me iba a morir. Mi papá cuando le dije que tenía VIH se puso a llorar porque tenía en la cabeza esa idea de que mi hijo es gay y a parte ya tiene sida. Pero con el tiempo y la información, mi papá ya me pregunta cómo estoy de mis CD4, de mi carga viral y me dice que siga con mi tratamiento. A él ya le cambió la visión de lo que era vivir con VIH.

¿Cuál es la importancia de que todas las personas se informen sobre el VIH?

-Omar: Creo que siempre en este tema el arma más importante es contar con la información. Ahorita ya tenemos muchas maneras de estar informados y tener acceso. Cuando veo a estas personas que en Grinder tiran mierda a personas con VIH digo, si tienes un equipo para conectarte a internet y para estar mandando mensajes de odio a una persona, tienes la posibilidad cien por ciento de meterte a Google y buscar información sobre VIH, o sea, no tienes ninguna justificación para estar con una idea discriminatoria. 

Hay que buscar el canal de llevar conocimiento a la gente, incluso en comunidades más alejadas. Eso va a tener que partir de propuestas de organizaciones civiles y también del gobierno para que estas ideas y preconcepciones de las cosas, cambien. 

Creo que esa idea de que el VIH solamente es de cierta población o grupo de personas, cada vez se tiene que romper esa idea porque hemos visto muchas mujeres heterosexuales u hombres heterosexuales que tienen que pasar por esto y se pensaba que era sólo de hombres gay. Evidentemente los que vivimos con VIH somos personas gay, trans, de esta disidencia sexual, pero cada vez permea más en el estatus quo.

¿Cómo ha sido tu vida con VIH?

Omar: Ha sido un proceso, yo recibí mi diagnóstico muy joven, era universitario y recuerdo que de repente estos ejercicios de actuación se vulneran en algunos aspectos de tener que hablar de ti o poner cosas tuyas en escena, para mí eso era problemático. 

Cómo mis amigos y compañeros se iban a enterar, pero con ese proceso de aceptación y aterrizar tu vida con un diagnóstico va cambiando. Ahora estoy en un proyecto que se llama Fierce Fiera que dirige Cesar Enriquez y Myrna Moguel que es un proceso que nace de este par de creadores para hablar sobre la resiliencia en torno al VIH. Es como llevar a escena de alguna manera entre que es ficción, y nos involucra a nosotros hablar de nuestras experiencias y vivencias de cómo la pasamos y compartirlo con más gente.

La puesta en escena es hasta el próximo 12 de diciembre en el Teatro Helénico.

MANUAL PARA PERSONAS QUE VIVEN CON VIH Y PARA

QUIENES CONOCEN A ALGUIEN TAMBIÉN

Desafortunadamente, no hay cifras oficiales sobre las personas que reciben acompañamiento después de haber sido diagnosticadas con VIH o SIDA. Así que ni por parte de centros de salud o del mismo Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) podríamos tener acceso a esa información para dimensionar los esfuerzos del Estado que se necesitan para proveer esa atención y contención a las personas en ese momento.

En su caso, pues también es VIH positivo, el acompañamiento se hace con pares, es decir, personas que comparten el diagnóstico. “Ya sabemos (los pares) cómo es el proceso, sabemos a qué se van a enfrentar al acercarse por atención médica o en dónde van a poner trabas”, contó. 

La instrucción para poder estar capacitadxs para ofrecer contención y acompañamiento se dio a través de la enseñanza de personas mayores que trabajan en educación sobre VIH y acompañar a personas con el virus desde hace 30 años.

Manual. como vivir con VIH

La otra pandemia que

 avanza en silencio

♦ La ONU advierte que las transmisiones han comenzado a subir en sitios donde iba a la baja; hacen un llamado a la población del mundo a tomar conciencia que el cuidado corresponde a todos.

En los recientes dos años y medio en todo el mundo se han tomado acciones para combatir la pandemia de COVID-19, sin embargo, la otra pandemia, así catalogada por ONUSIDA, que es la de VIH y ha avanzado de forma silenciosa. 

Los datos reportados por la misma organización muestran que sólo en 2021 se dieron 1.5 millones de casos de VIH+, lo que significa un millón más de personas infectadas por encima de lo que tenían previsto para ese año que eran sólo 500 mil.

En los recientes dos años y medio en todo el mundo se han tomado acciones para combatir la pandemia de COVID-19, sin embargo, la otra pandemia, así catalogada por ONUSIDA, que es la de VIH y ha avanzado de forma silenciosa. 

De acuerdo con la propia ONUSIDA sólo en 2021 se dieron 1.5 millones de casos de VIH+, lo que significa un millón más de personas infectadas por encima de lo que tenían previsto para ese año que eran sólo 500 mil.

Estos datos muestran que la respuesta mundial al SIDA peligra seriamente. El hecho de no estar progresando rápidamente significa que estamos perdiendo terreno, ya que la pandemia prospera aprovechándose de la COVID-19, los desplazamientos masivos y otras crisis. Tengamos siempre presentes los millones de muertes evitables que estamos intentando detener”,

advirtió Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.

Once Noticias entrevistó a especialistas y personas VIH+, quienes hicieron un llamado a la población en general a informarse y cuidarse, pues afirmaron que se trata de un virus que puede contraer cualquier persona con vida sexual activa, ya que no es exclusiva de los hombres que tienen sexo con otros hombres.

ONUSIDA reveló que en 2021 las transmisiones crecieron de manera desproporcionada en mujeres jóvenes y adolescentes, y en promedio se produjo una infección dentro de este grupo cada dos minutos durante todo el año pasado.

Dichas transmisiones se dieron principalmente en mujeres adolescentes y jóvenes africanas, y sobre todo se dio cuando los tratamientos antirretrovirales y los servicios de prevención fueron interrumpidos por la pandemia de COVID-19. 

Por ejemplo, en el África subsahariana, las mujeres adolescentes y jóvenes tienen tres veces más probabilidades de contraer el VIH que los chicos adolescentes y los hombres jóvenes, advierte ONUSIDA.

Y hoy, los avances que se habían dado en la lucha contra el VIH están en riesgo. Y es que el año 2021 podría no ser el único en el que se triplicó la expectativa de nuevas transmisiones que tenía la ONU, sino ello podría ocurrir también en los años subsecuentes.

El número de personas en tratamiento contra el VIH tuvo en 2021 el crecimiento más lento en más de una década. Y aunque tres cuartas partes de todas las personas que viven con el VIH tienen acceso al tratamiento antirretroviral, este todavía se les niega a 10 millones de personas (en el mundo), y solo 52% de los niños que viven con el VIH pueden acceder a medicamentos que salvan vidas. De este modo, la brecha en la cobertura del tratamiento del VIH entre niños y adultos está aumentando en lugar de estrecharse”,

señala la organización de la ONU.

ONUSIDA ha calificado incluso de “escalofriante” el estancamiento del progreso en el combate contra el VIH. Y es que sólo en el 2021 murió una persona por minuto debido a causas relacionadas con el sida. 

Y es que la situación es alarmante, dice la organización de la ONU, porque en la actualidad existen medicamentos antirretrovirales de vanguardia y herramientas eficaces para prevenir, detectar y tratar adecuadamente las infecciones oportunistas como la meningitis criptocócica y la tuberculosis, por lo que estas muertes se pueden prevenir.

Por ello, ONUSIDA advierte que sin una acción acelerada para prevenir que las personas desarrollen una enfermedad avanzada por el VIH, las muertes relacionadas con el sida seguirán siendo una de las principales causas de muerte en muchos países. 

Además, agrega la organización, el aumento continuo de nuevas transmisiones por VIH en algunas regiones podría detener o incluso revertir el progreso logrado contra las muertes relacionadas con el sida.

VIH EN MÉXICO,

EL RIESGO DE PASAR DESAPERCIBIDO

El VIH dejó de percibirse como un problema serio de salud pública y eso es una situación peligrosa, aseguró el doctor Ricardo Baruch, especialista en salud sexual, quien hizo un llamado urgente a que en México se retomen las prácticas de información para la prevención desde gobiernos, medios de comunicación y organismos.

En entrevista, Ricardo Baruch

dijo que en México en los últimos años prácticamente han desaparecido de los medios de comunicación las campañas de prevención, detección sobre VIH lo cual existió durante varias décadas, lo que implica que un sector de la población no tiene acceso a la información debido a que no tiene conectividad a internet. 

Aseguró que hoy en día las campañas informativas vienen más desde la sociedad civil y no necesariamente desde las autoridades como ocurría anteriormente. 

Por otro lado, comentó el doctor Baruch, existe tambien una falta de sensibilización por parte de los organismos que antes también hacian este tipo de trabajo como es el caso de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) o el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) por falta de recursos y personal.

La falta de información y conocimiento sobre el VIH, es igual a mayor discriminación pero también corre el riesgo de que la pandemia de VIH siga al alza en el número de casos.

Sigue habiendo una enorme brecha de conocimiento sobre todo de prejuicios respecto al VIH. La mayoría de la población aún considera, por ejemplo, que el VIH es igual a tener sida y que tener sida es igual a que me voy a morir pronto, lo cual no es el caso desde hace ya prácticamente dos décadas, pues existen tratamientos antirretrovirales efectivos que permiten que una persona que vive con VIH puede nunca desarrollar sida y no morir si no hasta que tenga una esperanza de vida como una persona sin el virus, siempre y cuando conozca su estatus y esté en tratamiento”,

comentó el doctor Baruch.

Para Ricardo Baruch, las redes sociales se han convertido en el nuevo medio para hablar sobre VIH por parte de activistas, pero también de personas que viven con el virus, y así contribuir en la difusión de información sobre todo para las nuevas generaciones ya que son precisamente los chicos a partir de los 16 en donde ha aumentado el número de nuevos casos. 

Para Baruch ha sido importante este fenómeno desde hace dos o tres años en el que personas VIH positivo hablan abiertamente de su estatus en TikTok, Twitter o Instagram ya que “gracias a eso ahora están digamos normalizando el hecho que el VIH no es una sentencia de muerte, vivir con VIH no significa que me voy a ver demacrado o enfermo y por lo tanto no debería de tener miedo de ir a hacerme una prueba de detección o solicitar cierta medida de protección”.

Por otro lado, el doctor Baruch afirmó que no todo es indiferencia u olvido para las personas que viven con VIH, pues el tratamiento antirretroviral para las 213 mil personas que viven con el virus se ha mantenido de manera gratuita desde el gobierno. 

Sin embargo, dijo el experto, existe una deficiencia de políticas y programas más específicos para la prevención y la detección oportuna que son fundamentales porque sin ellos va a seguir creciendo el número de casos.

Ricardo Baruch comentó que es urgente que en México y otros países se siga destinando presupuesto para las inversiones en materia de VIH, pues de lo contrario, la pandemia seguirá incrementando como ocurrió en 2021. 

Aseveró que las autoridades de los países ven al VIH como un gasto a corto plazo en lugar de tener un pensamiento de que a largo plazo va a tener muchos ahorros y habrá una mejor calidad y bienestar de la salud en la población.

 En esos países la implementación de la PrEP, junto con la promoción de la indetectabilidad para las personas que ya viven con VIH, son dos de las cuestiones que están ayudando a frenar la pandemia y evitar nuevos casos, lo cual en México no se está haciendo y además seguimos incluso cuestionando la efectividad de estas estrategias que están por más probadas en varios otros países y que además no solo a nivel individuo sino a nivel social”, comentó Baruch.

La PrEP es un tratamiento que si se toma con indicaciones personalizadas, puede reducir las probabilidades de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales o el consumo de drogas inyectables. 

Finalmente, el doctor Ricardo Baruch explicó que el VIH es un virus que cualquier persona puede contraer, y aunque hay grupos de la población que están en mayor riesgo, es necesario que todas las personas se informen y de esta manera protejan su salud.

Hizo un llamado a la sociedad a que se salga de ese pensamiento anterior en el que se creía que “no me va a ocurrir”, ya que incluso dentro de las comunidades en riesgo que es donde podría haber un mayor número de casos, todavía existe esta idea de que a mi no me va a pasar y por eso no se realizan las pruebas pertinentes. 

“Todo eso es como un círculo vicioso que provoca que sumado a la falta de medidas de comunicación del sector salud, hace que no se pueda romper el ciclo”.

¿Qué les dirían a personas

que viven con VIH?

La primera idea que Adriano ADT quiere compartir, es que la vida no acaba ahí.

“El mayor miedo de una persona con VIH es que la vida haya acabado, que no puedan hacer nada y quizá esto se cree por cómo los medios han manejado y comunicado esta enfermedad”, sostuvo.

Al contrario, cree que con el diagnóstico empieza una nueva vida en la que se tiene que cuidar más.

También es esencial para él decirles que no están solos, pues hay muchos pares por el mundo.

Gabriel por su parte afirma que la idea de visibilizar es decirles que todas las personas deberían hacerse análisis cada cierto tiempo para conocer su estado de salud.

“Vivimos en un estado constante de producir cosas, pero nunca tenemos el tiempo de detenernos a evaluar nuestra salud. Cuando vivimos con VIH normalmente las clínicas nos invitan a acudir a consulta con nuestro médico infectólogo cada determinado tiempo, dos meses es mi caso, el caso es que la revisión de la salud no tendría porqué ser una carga, sino debería ser una situación de la cual todos nos encargamos”, dijo.

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